Qué le hace la política de la oficina a los empleados

Cuando se trata de un matrimonio perfecto de inteligencia y eficiencia, uno de los primeros nombres que vendría a la mente sería el de NASA. Así que imagínense cómo debe haber reaccionado toda la nación de EE. UU. Al enterarse de cómo el transbordador espacial Challenger terminó cumpliendo su condenado destino.

El 28 de enero de 1986, el transbordador espacial de la NASA Challengerse rompió en solo 73 segundos de vuelo, causando la muerte de los cinco astronautas de la NASA y dos especialistas en carga útil a bordo. El desastre arrojó una sombra oscura sobre el país. El entonces presidente, Ronald Reagan nombró una comisión especial (Comisión Rogers) para investigar el accidente. La Comisión Rogers continuó con su investigación, durante la cual el programa del transbordador espacial de la NASA se detuvo durante 32 meses.

Cuando la Comisión Rogers presentó su informe, los detalles de su investigación fueron escalofriantes. Se descubrió que la cultura organizativa de la NASA y los malos procesos de toma de decisiones habían sido factores clave que contribuyeron al accidente. Los ingenieros de la NASA habían advertido a los gerentes de la NASA sobre las fallas potencialmente catastróficas en el diseño del transbordador desde 1977, pero optaron por ignorar esas advertencias ya que sentían que el programa tenía que parecer exitoso y un retraso arruinaría esa imagen e invitaría ramificaciones políticas.

Muchos gerentes, y casi todos los ingenieros, estaban muy preocupados por el lanzamiento de la nave espacial en esa fría mañana del 28 de enero de 1986, ya que la temperatura era de 18 grados, mientras que la nave espacial estaba diseñada para funcionar a temperaturas mucho más altas de unos 40 grados. Aunque muchas de estas personas sabían exactamente lo que se avecinaba, no hablaron por temor a represalias personales. Muchos de ellos pensaron que sus carreras se habrían visto gravemente dañadas, si no terminadas.

Si una organización como la NASA pudiera encontrar problemas tan evidentes en la política del lugar de trabajo, todas las empresas también pueden tenerlo. Aunque no estamos lidiando con un problema tan fatal como el accidente de una nave espacial y la pérdida de vidas mientras hablamos de Office Politics en el resto de las empresas, este fenómeno mortal podría hacer que la propia empresa se colapsara a través de una brecha cada vez mayor en términos de rendimiento y pago.