En este capítulo, tendremos un pequeño estudio de caso para analizar cómo los incentivos influyen en la productividad personal.
Turnbuckle Fisheries se inició con 22 empleados en 1982. Después del primer año, se descubrió que la empresa no podía expandirse más allá de la lista actual de clientes. Pensando que este sería un problema relacionado con los recursos, contrató a 10 más. Sin embargo, luego del triste espectáculo del segundo año, el dueño de la empresa, Jonas Allroy decidió hacer una evaluación de desempeño de los empleados. Se descubrió que todos los empleados estaban felices haciendo su trabajo, sin embargo, nadie se esforzaba por hacer un mejor trabajo por sí mismo.
Allroy entendió que incluso si sus empleados estaban satisfechos en su trabajo, no tenían el impulso para superar sus expectativas debido a la ausencia de un sistema de incentivos. Declaró que cualquier empleado que obtenga nuevos clientes será recompensado con el 10% de la tarifa de búsqueda y el 5% de todo el negocio que proviene de ese cliente.
En el tercer año, Jonas Allroy estaba encantado de saber que el desempeño de los empleados no solo había erradicado el déficit comercial de los últimos dos años, sino que en realidad le había ganado una prima del 10% para invertir más en el negocio.