La empatía como herramienta de gestión

La empatía se define como "un estado de sentimiento positivo entre dos personas, que lleva a una persona a visualizar los problemas de la otra como propios y ofrecer consejos o ayuda en consecuencia". La construcción de relaciones sólidas y duraderas implica practicar el acto de empatizar con las personas y comprender sus problemas. Ganarse la confianza personal y mantener las relaciones debe ir más allá de la necesidad de beneficios prácticos y debe considerarse como parte de la vida. Un buen gerente no ve a los miembros de su equipo como activos y números. Se relaciona con ellos como amigos y le encanta escuchar sus problemas.

Un gerente empático también desalienta la búsqueda excesiva de aprobación en forma de halagos, golpes verbales, comportamiento condescendiente, adulación, juegos, romper promesas y ser indiscreto. También verificaría la actitud pasivo-agresiva de las personas que se divierten al inducir culpa en otros por maltratarlos y hacerlos sentir mal criticando sus ideas. Hay algunos a los que les encanta dar consejos no deseados y poco sinceros que la mayoría de las veces les devuelve un boomeran a los que los siguen.

Cuando simpatizas con los demás, sabrás que matar las ideas de otras personas incluso antes de pensarlo seriamente al pronunciar oraciones lacónicas como "No funcionará aquí". "Lo intentamos antes". "Esto cuesta mucho." es especialmente tóxico y muy dañino en un entorno empresarial. En lugar de eso, use declaraciones como "¿Puedo hacer una pregunta?" “Antes de tomar nuestra decisión final, revisemos nuestras opciones”, hará que las personas sean oyentes más receptivos y mejores contribuyentes.

Los gerentes deben recordarse a sí mismos que los empleados con los que están trabajando fueron seleccionados después de evaluar su aptitud para el trabajo. En muchos casos, el propio director habría participado activamente en el proceso de selección. Esto significa que tienen el talento necesario para realizar el trabajo. Sin embargo, está en el camino de su gestión y comprensión de las necesidades de las personas lo que les ayuda a obtener una mejor productividad de ellos.

La empatía es una inversión a largo plazo y necesita mucho tiempo para dominarla. Lo primero es que la empatía con los demás debería ser algo natural para las personas, en lugar de ser un comportamiento encantador episódico un día y un comportamiento completamente diferente el otro día. Una persona empática tendría la misma amabilidad hacia las personas en todo momento y eso proviene de cultivar un afecto genuino hacia las personas y lo que les preocupa, en lugar de preocuparse egoístamente por sus propias necesidades y prioridades.

Entrar en una relación de trabajo cómoda con alguien se trata de comprender qué son, cuáles son sus necesidades y cómo ven ciertas cosas. También se trata de conocer sus prioridades y cómo se dedican a cumplirlas. La inteligencia social nos enseña a ver a las personas como piezas de rompecabezas que no dan una imagen clara por sí mismas, si las pone a todas en el mismo lugar. Para que se vean como un todo, las piezas del rompecabezas deben encajar en sus lugares correctos, de modo que se pueda ver la imagen completa.